Si nuestro pensamiento es dual, nuestra visión del mundo también será dual, nuestra experiencia también, sean cuales sean los artificios mentales y creencias puestas en marcha para convencernos de otra cosa.
La única posibilidad de vivir una experiencia no dual, si existe, es vivirla cuando se presente, o bien practicar al pensamiento no dual, si existe.
¿Abrirse a una visión no dual del mundo? Esto no se consigue mediante reflexión y pensamientos que pueden ser en todo caso primeros pasos de aproximación. Tampoco y menos aún, creencias o pensamiento positivo que intentan convencer pero en realidad cierran la escucha. Para ello sirven más bien prácticas como el sueño lúcido, la meditación, la intuición o cualquier práctica que nos aleje de la experiencia cotidiana dual de nuestras existencias. Pero hemos de reconocer que eso es un terreno bien poco conocido y arriesgado, por cierto infestado de manipuladores y engañadores de todo pelaje…
Se suele confundir visión dual y visión disociada.
La visión dual es propia del ser humano en condiciones normales como las nuestras y se caracteriza por el reconocimiento de los contrarios (amor/odio, positivo/negativo, bien/mal, etc.). Pero puede desvariarse en una visión disociada, binaria o maniquea del mundo que tiende a limitar claramente la persona en su proceso de desarrollo.
La visión disociada se corrige mediante prácticas de integración y unificación, sentimiento oceánico, escucha y reconocimiento de la diversidad, relajación del juicio moral, toma de distancia con respecto a los prejuicios y la importancia personal.
También muchos suelen confundir la visión no dual con una visión con-fusa donde se intenta fusionarlo todo. De ahí sincretismos dudosos donde se mezclan amor, Amor, conciencia, Conciencia, unión, Unidad, etc. en un pot-pourri donde caben creencias de todo tipo y donde se suelen excluir coherencia personal, sentido común, realismo, humildad y altruismo.
En definitiva, apostar por una visión no dual es un emprendimiento loable, exigente y hermoso pero puede que la primera meta sea la de corregir nuestras visiones disociadas y trabajar en afianzar una visión dual sana en vez de querer desprendernos de una buena aliada en nuestro camino humano.
Grégoire