A la atención de los que sueñan con otro mundo y creen que otro mundo es posible,
A los que con su acción o apoyo contribuyen a que se realice en lo cotidiano,
A los que buscan coherencia y paz en el camino.
Política …
Hoy nos toca hacer política. No la política que conocemos, con partidos, cargos electos etc. -que también tiene su utilidad y razón de ser y, tarde o temprano, podremos practicar de mejor manera que la actual-. Me refiero a la política que trata de asuntos que nos conciernen los individuos que compartimos nuestra existencia en este planeta.
Hacemos política con cada acción porque todo lo que hacemos cotidianamente acaba apoyando una manera de vivir y entender la vida, y por lo tanto hace explícito y refuerza un conjunto de valores sociales que determinan lo que es admisible y lo que no; que van consolidando nuestro mundo tal como es ahora.
La sociedad actual está demostrando tomar un camino que está a las antípodas de una visión del mundo fundamentada con valores humanos y, por lo tanto, del modelo de sociedad que queremos vivir.
Dentro de un contexto reconocido como sociedad democrática social de bienestar etc., vivimos desde hace ya décadas unas cosas inaceptables a nivel humano, en unos términos que dan asco cuando miramos los detalles: tráfico de armas, guerras desencadenadas, turbulencias sociales provocadas, comercio sucio, mercantilismo a todo gas, explotación humana e infantil, primacía de las transacciones económicas sobre las personas, corrupción política, explotación de los países del Sur, inercia generalizada frente al saqueo del planeta y al cambio climático, no respeto de los advertimientos de la comunidad científica, restricciones individuales y censura de la libertad de expresión, desprecio a la sanidad pública y a la educación, foco puesto en la enfermedad y no en la salud, desinformación, manipulación, miedo y un largo etcétera…
Tantos frutos de un mundo que se fundamenta en una visión materialista, mercantilista, egoísta, que proclama la primacía del lucro, que rige la vida cotidiana de los ciudadanos según directivas de lobbies económicos y poderes políticos, que considera la vida humana en dependencia de intereses individuales, que se alimenta desde ideologías neoliberalistas, keynesianas, darwinistas, transhumanistas etc. que, si bien tienen interés en su ámbito, no sabrían por sí solas sustentar una visión sostenible y humana del mundo.
Después de muchos años viendo cómo van evolucionando el mundo y la sociedad; después de haber reflexionado y meditado en este mes de confinamiento, acompañados por pensadores y científicos con cientos de documentos sobre la situación actual, sobre qué la ha generado, cómo se está gestionando, qué deja entrever a modo de futuro y constatar que en periodo de pandemia seguimos el mismo rumbo de sociedad, llegamos a las conclusiones que:
Un mundo diferente tal como lo soñamos nunca llegará si no nos ponemos manos a la obra y, menos aún si dejamos que otros con una visión totalmente diferente nos impongan la suya.
La situación actual representa un punto de inflexión, sabemos ya que nada será como antes…
Esto acelera el alineamiento con nuestros objetivos de vida profundos.
Teniendo en cuenta de que una crisis es una oportunidad, entonces quizás sea ahora el momento perfecto para hacer algo …
Invita pues a la acción este modesto manifiesto “político” dirigido a los que quieren aportar su granito de arena para un mundo creado y vivido conjuntamente desde unos valores humanos y sostenibles que incluyan la dimensión ecológica educativa social espiritual y un gran etcétera.
Es menester no solamente “repensar el mundo” -como titula un periódico recientemente- para “el día de después”, sino llevarlo a la acción. Una acción que, de forma muy sencilla, se entiende en las fórmulas siguientes “Si quieres algo, haz algo para ello” o bien “Haz eso y vivirás”.
Queremos cambiar el mundo, seguro. Pero, sobre todo, queremos cambiar nuestro mundo. El despertar individual es el fermento de una nueva sociedad.
Visión …
Existen otros caminos que están siendo transitados desde hace mucho tiempo por numerosos individuos y proyectos.
No tienen tanta visibilidad ni tanto reconocimiento como los que transita nuestra actual sociedad pero, tienen la virtud de generar una realidad cotidiana que se adecua más a nuestros anhelos y valores.
Se transitan en libertad y autonomía a la vez que en estrecho vínculo a las personas que nos rodean, compartiendo con ellas un rumbo que nos une y sentimos de corazón.
En la sociedad con la que nos identificamos, cuidamos conjuntamente la salud, la economía, la ecología, la educación, la espiritualidad y la comunidad, dentro de unos valores acordes a una visión holística del mundo y un nuevo paradigma que valora la vida, fomenta la cooperación y reconoce la interconexión.
Los pilares son una vida saludable que cuida de la salud física, psíquica y emocional, una economía humana que cuida de la circularidad, se fundamenta en un crecimiento sostenible y en la primacía de la persona, una vida que integra la comunidad como una red relacional esencial al equilibrio de cada uno, una vida espiritual que explora una visión con sentido y encamina al ser humano en un trabajo evolutivo.
Apoyamos un mundo que da la primacía a lo humano. En “lo humano”, incluimos el reconocimiento y el cuidado de la persona, sus dimensiones físicas, psicológicas, emocionales, intelectuales y espirituales, sus valores, lo que ataña a su educación, su desarrollo como ser vivo.
Apoyamos un mundo que reconoce la naturaleza como nuestra matriz, la raíz que nos vincula, la casa que nos acoge y sustenta.
Apoyamos un mundo que profundiza en dimensiones más allá de lo visible en cada persona, que está abierto al misterio, a la trascendencia y a lo sagrado de la existencia.
El camino se hace al andar …
Esta visión nutre a muchos proyectos hoy en día, te animo a colaborar en la medida de tus posibilidades y de la manera que encuentres más adecuada para ti. Al final de este manifiesto encontrarás una propuesta entre otras tan válidas.
Es tiempo de abrir los ojos y mirar la realidad: la normalidad no es aquel mundo ya desaparecido; no hay otra normalidad que la del momento presente. Es tiempo de salir de los idealismos, de los sueños cómodos, de las teorías huidizas y de los estados emocionales que adormecen.
No partimos de cero: todo está escrito en múltiples lugares, la información abunda en todas partes. Pero para movilizarnos hacía falta un parón -ya lo tenemos, ¡magistral!-, una oportunidad -¡la tenemos también! y un rumbo -nuestra visión del mundo-.
Lo primero -ley de sabiduría- es empezar por uno mismo. Lo único estable en un mundo agitado y convulsivo es un centro de paz interno.
Lo segundo, a nivel social y “político”, es apostar por un modelo de vida basado en valores, movilizando la cooperación, la honestidad, la lucidez, la voluntad propia, el amor al prójimo.
Es mucho más sencillo de lo que parece. Parte de un empoderamiento personal que mira un poco más allá de los humos del consumismo o del conformismo, en un acto de libertad y de amor propio.
Hoy más que nunca hemos de tomar consciencia de que nuestras acciones tienen una real repercusión en un mundo donde todo está conectado.
Y también, si bien pensamos a nivel global, hemos de actuar a nivel local.
Hemos de conjuntar acción individual y acción colectiva, las cuales requieren un contexto, una puesta en común, una red de apoyo con unos recursos compartidos, una energía individual y colectiva.
Formulo aquí el deseo de que el renacer de nuestra sociedad forme parte de nuestra realidad.
Propuesta …
La escritura de este largo manifiesto obedece al motivo de compartir mi reflexión acerca de la situación actual, pero quiero completarlo con una propuesta que representa un nuevo paso hacia la consecución de un modo de vida más sostenible.
Hace mucho tiempo que muchos de nosotros soñamos con una vida en la naturaleza y en comunidad… y, en esta situación que acelera nuestros objetivos de vida, siento que este momento está llegando.
Siento la necesidad de dar pasos hacia un marco de vida más conforme a nuestra sensibilidad y más coherente con la visión expuesta anteriormente. <strong>Poniendo bases para una comunidad en la naturaleza</strong>.
He aquí tres propuestas de transición para ello, adaptadas a la realidad presente y promesas de futuro.
Otras propuestas existen, como la creación de una comunidad en otros lugares o la reconstrucción de un pueblo. Hoy más que nunca, nos sentimos conectados con propuestas similares de amigos cercanos.
Si te resuena una de estas propuestas y estás interesado en participar de este movimiento o acompañarlo, no dudes en ponerte en contacto, formaremos en los próximos meses un núcleo para consensuar bases y proyectar una realización.
En el día de Pascuas, domingo 12 de abril de 2020
Acoge la Primavera – Renace a tu Sensibilidad
¡¡FELICES PASCUAS!!
Grégoire Lambadarios
Director del proyecto Estivalia ( www.estivalia.es) )
Email: gregoire@holonauta.es
Artículo escrito para Estivalia en enero de 2020.